GEOPOLÍTICA Y ECONOMÍA - Revolución Rusa

 


La revolución rusa es uno de las acontecimientos políticos, ideológicos y económicos más importantes de la edad contemporánea. 

Esta está dividida en numerosos momentos clave que analizaremos a continuación.

Podemos entender el estallido de la revolución rusa por una serie de causas que generaron el descontento social de la mayoría de las clases sociales que integraban la sociedad rusa. Una de las causas más importantes fue la situación de opresión y pobreza a la que estaba sentenciado el campesinado ruso desde hacía ya mucho tiempo, sosteniendo con sus vidas el mando absolutista de la monarquía zarista.

A las injusticias sociales, la crisis económica que castigaba al pueblo ruso y la facilidad para apretar el gatillo de los soldados zaristas se unió en 1914 el estallido de la Primera Guerra Mundial (PGM), que por aquel entonces el único partido político que apoyaba la entrada de Rusia en la PGM fue el Partido Obrero Socialdemócrata. Las constantes derrotas  que sufría el ejército ruso, poco preparado y sin equipamiento adecuado, hicieron que muchos pasaran a escuchar el llamamiento de los bolcheviques y mencheviques para derrocar al Zar. En febrero de 1917 esta fantasía pasó a ser una realidad palpable cuando Nicolás II abdicó.

Pero aquello solo acababa de empezar, pues los más próximos al sistema comunista consideraban que el nuevo gobierno no era suficiente. A la Revolución de Octubre le siguió una cruenta guerra civil, la victoria de los bolcheviques y el nacimiento de la URSS. Los acontecimientos que se vivieron en Rusia no solo fueron relevantes para el país, sino que pasarían a ser uno de los eventos históricos más importantes del siglo XX sin el cual no se entiende el desenlace de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría o la actual situación política del este europeo. Aquellos lejanos días de 1917 tiñeron la nieve de Petrogrado, y la historia, de rojo.

La Revolución Rusa sacudió los cimientos del mundo europeo y occidental, porque depuso en muy poco tiempo una monarquía de larga data y transformó el Estado de forma violenta y significativa en un lapso de apenas un año. Hay quienes comparan esta revolución con la ocurrida en Francia en 1789, dado el profundo impacto que tuvo en las potencias del momento.

No en balde el propio Adolfo Hitler, en sus momentos más desesperados de la Segunda Guerra Mundial, abrigó hasta el final la esperanza de que las demás potencias occidentales se pusieran de su lado, al percatarse de que el III Reich era la única fuerza capaz de detener el avance del comunismo proveniente de Rusia.



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